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En la memoria de un campesino


Por: Camilo González

La casa de Emilio Arbeláez está ubicada al costado de la carretera destapada de la vereda La Laja, del municipio de Rionegro, rodeada de pequeños arbustos y de cultivos de tomate, chócolo y aguacate.

Un gallo criollo, de plumas rojas, picotea a dos gallinas que se pasean por los prados. Allí los perros y gatos comparten como hermanos, mientras que las vacas y novillos mueven sus colas y comen el pasto. El ambiente campestre de este lugar lo hace único, porque recuerda la época de antaño.

A algunos metros de allí se encuentra Emilio, un hombre de 78 años de edad que todos los días se levanta con entusiasmo a cuidar y a cultivar su “tierrita”. Él riega sus palos de aguacate y chócolo, los cuales muy pronto darán los frutos que venderá en la plaza de mercado.

El calor es intenso, así que decide volver a casa para tomar un descanso. Con un fuerte, pero ágil movimiento, se echa en la espalda la pala y el azadón.

En el trayecto a su vivienda, una sonrisa se dibuja en su rostro. Sus pocos dientes saltan a la vista al instante que empieza a tatarear y a silbar una canción con el fin de olvidar los efectos del cansancio.

En el corredor de cemento lo esperan sus 9 hijos y sus 16 nietos que están de visita. La casa está construida en tapia y su fachada es blanca y roja, con algunas terminaciones en color verde.

Al ingresar a la pequeña y acogedora vivienda está la sala y dos habitaciones. “Aquí yo y mi señora criamos a 9 muchachitos, dormíamos unos encima de otros”.

Un olor a especias anuncia que el almuerzo está listo. Don Emilio camina hacia el lavadero para enjabonarse sus manos y limpiarse los pies. Toma asiento en una silla ubicada al lado derecho de la puerta, cerca a un cajoncito de madera.

Estira su mano y saca de aquella gaveta un álbum de fotografías. Una lágrima intenta salir de sus ojos, pero al instante es invadido por la risa. “Venga les muestro”, dice con fuerte acento y autoridad.

En ese lugar están los recuerdos de cada momento de su vida. Tiene muchas fotos, unas grandes, otras pequeñas, a color y a blanco y negro. Todas tienen un significado importante pero hay una que es trascendental: es la de una hermosa mujer de aproximadamente 35 años, de rostro pálido y de mirada tímida y triste.

“Mi primera esposa, Rosario, con la que tuve siete hijos. Esa fue la etapa más dura de mi vida, hace más de 30 años que ella no esta”, afirma sin poder contener un leve llanto.

El almuerzo está listo. Doña Amparo Marín, su segunda esposa, hijos y nietos, lo esperan en la mesa con un reforzado sancocho de gallina.

Después de degustarlo, toma de nuevo el azadón para continuar con el trabajo, que desde pequeño realizó al lado de su padre. “No hay nadie más verraco que mi papá para cultivar. Ninguna siembra le queda grande y los tomates y aguacates son los más ricos de la región,” asegura Francisco Arbeláez, uno de sus hijos.

Sin despedirse de sus familiares, Emilio se dirige de nuevo al alto donde está su cultivo, la herencia que le dejó su papá, para seguir con la labor de cuidar y sembrar “su tierrita”, esa que protegerá hasta el último día de su vida. Es una consigna a la que no faltará.

La comunidad de El Santuario, en marcha y conectada


Por: Willy Alzate y David Pérez


La comunidad en marcha es un programa que se transmite por la emisora Asocomunal Estéreo de El Santuario desde hace 12 años.

Dirigido por los líderes de la población, tiene el objetivo pedagógico de ayudar a la gente en temas legales, sociales, sicológicos y vivenciales. La idea es que los habitantes de ese municipio del Oriente antioqueño “sean ciudadanos”.

Gabriel Palacio, su director, lleva 30 años viviendo en esa localidad. Se casó con una santuariana y sus hijos, nietos y amigos también son de ese lugar al que le ha dedicado muchas horas de trabajo comunitario.

En abril de 1997 emitieron por primera vez ese espacio, con la intención de prevenir a los oyentes sobre los diversos vicios con los que se pueden encontrar en la vida diaria.

A los dos años, empezó a transmitirse todos los días, de 11:30 a.m. a 12 del medio día. La emisión se divide en tres partes: una reflexión, un invitado que hace la orientación y una de información del municipio.

En la última sesión, el gancho son los precios de la plaza de mercado, que capta la atención de los campesinos que visitan a diario este sitio.

Don Gustavo, por ejemplo, es carretillero de la vereda Portazuelo. Lleva productos agrícolas a la plaza todos los días y escucha el programa. “A mi me sirve para tantear los precios de las frutas y verduras que distribuyo y no dejarme tumbar”.

En esos 12 años de continua transmisión, la comunidad ha tenido la oportunidad de escuchar a diversos profesionales en psicología, salud, derecho y otras disciplinas que, según Gabriel Palacio, “son necesarias para que el público esté orientado”.

Y no solo se ha oído la voz de los teóricos. Belisario Giraldo es de El Santuario y vive en la vereda Cruces de Cocorná. Este campesino, de uñas negras, termina de arar la tierra y se va a hacer sentir su voz en la radio.

No es locutor, pero algunas experiencias por las que pasó, como el alcoholismo, lo llevaron a narrar su historia por la emisora.

“Yo hablé con don Gabriel para que me diera un espacio para contar mi vivencia. Mis testimonios hacían parte de la ayuda terapéutica para prevenir el alcoholismo y la drogadicción”.

De testimonio en testimonio, Belisario se apoderó de la media hora de La comunidad en marcha de los viernes y ahora es el encargado de conducir, ese día, este espacio.

“Él es un líder, hasta es concejal del municipio. Todo sea dicho, no tiene preparación como locutor, pero su forma de hacer el programa ha gustado mucho”, cuenta Gabriel Palacio.

Según Juan Carlos Puerta, el operador de audio de Asocomunal Estéreo, “los temas que tratan son muy interesantes y la gente les pone mucho cuidado. Esta semana vino un abogado a hablar de cosas como letras y contratos y qué hacer si a uno lo echan de la finca, y cosas así. Usted no se imagina la cantidad de preguntas que recibimos”.

Asocomunal Estéreo 89.4 y La comunidad en marcha llevan 12 años al aire. Los medios de la comunidad construyen territorio en el Oriente antioqueño. Gracias a ellos, la voz de los líderes y de los campesinos se siente.

Etiquetas: Emisora comunitaria, radio ciudadana, El Santuario (Antioquia), Asocomunal Estéreo.

San Antonio de Pereira: postres, bailes, amigos y luces


Por: Ángela María Cardona Salgado
Sara Evelyn Rivera Duque
Edwin Mauricio Ordoñez


Faltan pocos minutos para que el reloj marque las 5 de la tarde. Camino a Rionegro, el Sol se esconde bajo un cúmulo de nubes negras. Sin embargo, las fachadas coloniales, con tonos enérgicos, hacen que el día parezca resplandeciente.

Llegando a San Antonio de Pereira, en el Oriente antioqueño, aparece en el panorama un hombre barbado, con pinta de aventurero. Llama la atención porque va parado sobre su bicicleta y toca una flauta.

Los carros pasan a su lado apresurados, por eso se sienta de nuevo en su vehículo y retoma la marcha. El sombrero que lleva puesto sobre su negro cabello se cae, así que lo recoge y sigue con su recorrido.

Es lunes y ese peculiar visitante es uno de los pocos que se observan cerca a San Antonio. El parque está solo. Atrás quedó el fin de semana en el que la vista era muy diferente: familias, parejas y grupos de amigos recorriendo sus calles, degustando sus postres y tomando uno… o muchos tragos.

La pequeña iglesia está deshabitada. Un par de amigas están sentadas en una de las sillas que hay en los alrededores y, por sus gestos, parecen estar contando detalles de sus amores. Y, debajo de un árbol, dos adolescentes degustan un enorme helado.

Por donde se mire hay locales. Lo que antes eran sitios de asentamiento indígena hoy son bares, restaurantes, licoreras o discotecas.

Varios negocios están cerrados con candado, otros, desde hace varias horas, están prestando servicio al público, pues en el día son restaurantes y, en la noche se transforman en zonas de parranda.

Volquetas, taxis, motos y particulares transitan por las vías aledañas. Algunos vienen de sus trabajos, otros quién sabe, porque la semana apenas comienza, pero la rumba está ya en la mente de muchos.

La noche es joven
Es sábado y el Sol se oculta detrás de las verdes montañas que se observan a lo lejos. De repente, aparece la Luna alumbrando la zona rosa, como llaman muchos a San Antonio de Pereira.

Por las estrechas calles comienza una congestión de autos, los parqueaderos están repletos. Algunos dan varias vueltas esperando a que se desocupe un fragmento de pavimento para dejar su carro. Otros prefieren llegar en taxi o en bus para tomarse sus traguitos sin tener que manejar.

Todas las cuadras contiguas al parque están rodeadas de bares, cada uno con un estilo diferente. En las fachadas de algunos se observan bailarinas que mueven sus cuerpos con prendas diminutas al ritmo de la música, como si estuvieran desfogando alguna pasión.

Los universitarios se reúnen en un sitio popular, casi escriturado para ellos, con un estilo ecléctico. En otro lugar se divierte la comunidad gay. Hay espacios para los que gustan de las viejotecas y para los que prefieren los temas modernos y las mezclas.

En los alrededores se encuentran hoteles, cajeros, oficinas y hasta mercados y ferreterías. San Antonio de Pereira cuenta con al menos 10 mil habitantes y se levantan tantas construcciones que está dejando de lado una imagen de corregimiento para parecer un municipio.

Solo está a 5 minutos de Rionegro y a 40 de Medellín. Estar tan cerca, lo dota de ese valor agregado que lo pone en el ranking de los territorios más populares para salir de la rutina diaria y de la ciudad.

Muchos van a ver y a que los vean, a sacar el estrés a punta de saltos en las discotecas, a compartir un brindis con la gente más cercana y hasta con los extraños de la mesa contigua o a cantar una ranchera o un vallenato a todo pulmón. Cada quien tiene sus motivos.

Los lunes hay calma, quizá porque en la semana San Antonio recarga energías. Desde el “juernes”, el ambiente será otro, habrá tanta gente, movimiento y sonidos que no podrá respirar.

Allí todos caben, todos tienen su tiquete para la diversión. La vida no pasa igual, se vive en cámara lenta o en rápida, al ritmo de bailes, de amigos y de luces.

Después del secuestro: la vida después de la muerte

Después del secuestro: la vida después de la muerte


Por: Natalia Tobón Arredondo

Junio 13 de 2002. Era un jueves en la mañana, un día aparentemente normal, hasta que los perros empezaron a ladrar con insistencia.

El corazón palpitaba más fuerte de lo acostumbrado, era imposible no sentir que algo andaba mal. La verdad, es que todo estaba mal.

7:30 a.m. Empezó el dolor, la angustia, la desesperación, la impotencia y la ira. Un padre que actuaba bajo presión y hacía todo lo que le indicaban para evitar ser lastimado, pero sobre todo, para proteger a su pequeña hija de 13 años que, en medio del temor y la inocencia, preguntaba qué estaba pasando, por qué todos se comportaban de una manera tan extraña.

"Somos guerrilleros del Ejercito de Liberación Nacional ELN. Tenemos la orden de secuestrar a una persona de este sitio", afirmó el comandante del grupo con la mayor frivolidad, como si se tratase de un simple juego.

El motivo: deudas pendientes con el dueño de la finca en la que la familia de Natalia vivía.

El corazón se quería salir del pecho. Se podían sentir los latidos tan fuertes y seguidos. Todo era confuso. La niña solo veía a su padre tratar de ocultar la angustia y apretar los dientes con firmeza para no dejar caer sus lágrimas.

No tuvo el suficiente valor para contarle lo que sucedía. Uno de esos hombres armados, miró a Natalia fijamente y le dijo que debía irse con ellos, que empacara algo de ropa, que tenían que irse porque se les hacía tarde.

“Tu padre tiene instrucciones y seguramente hará lo que le pedimos para que puedas volver a casa pronto".

En ese momento, sintió que jamás regresaría. Experimentó un enorme vacío, incluso, aún hoy cuando recuerda ese hecho, vuelve a repetir ese desasosiego.

Desde que partieron, las caminatas en medio de la selva fueron el elemento continuo. Las únicas palabras que escuchaba eran: “Camine, camine más rápido que falta mucho para llegar”.

Por su mente pasaba su hogar, su padre, la reacción de su madre al llegar a la casa y no encontrarla…

Hacía calor. Su cabeza palpitaba del dolor, a tal punto que, sin pensar en las consecuencias, se sentó y manifestó que no continuaría hasta que no le dieran algo para calmarlo.

Las horas pasaron y llegó la oscuridad. El temor se apoderó de ella, sin saber en donde pasaría la noche ni bajo que condiciones.

Ese fue el primero de 33 largos días en los que se despertó rodeada de hombres armados y en los que corrió de un lugar a otro huyendo del Ejército y de otros grupos guerrilleros.

Noche tras noche lloró, pensando en su mamá, en el momento de volver a estar con ella y en lo que estaría haciendo su papá para sacarla de allí. Su consuelo llegó en la figura del que llamó “su segundo padre”, el de la montaña, el de la selva: Jaime Sandoval, una de tantas victimas inocentes que compartió con ella esas jornadas.

Se ganó su cariño y confianza. Todos los días le enseñaba cosas nuevas, como jugar cartas, para que no estuviera tan triste. Por eso, uno de los dolores más profundos que Natalia ha sentido lo experimentó cuando se enteró de su muerte, tiempo después de que fue liberada.

Un mes después, para ella llegó el milagro que otros no han conocido. Por eso, desde hace siete años celebra un segundo cumpleaños, porque aquel 16 de julio en que fue libre otra vez, volvió a nacer, con la diferencia de que ya sabia caminar, leer y escribir, pero tenía que aprender a vivir con el temor, la inseguridad y el rencor.

Gracias al esfuerzo de su padre y a la devoción por la Virgen del Carmen, que según ella, coincidencia o no, sus fiestas se celebran justo el 16 de julio, su historia tuvo un final feliz, a pesar de los traumas que le quedaron.

Le debe su libertad a su papá que, sin duda, es tan protagonista de esta tragedia como ella, porque sintió la angustia y la impotencia. Él ya partió al cielo, pero Natalia, hoy universitaria, dedica sus acciones a ese hombre, el más valiente que ha conocido.

Aún no entiende por qué personas inocentes siguen pagando. Su padre la devolvió a la vida. Natalia, regresó de la muerte.

Por un río Negro bien protegido


Por: Daniela González García

La lluvia caía sin tregua en el municipio de Rionegro. Era un 8 de noviembre de 2008 y pocos habitantes recordaban una tormenta igual.

La quebrada Malpaso generó grandes inundaciones en el sector de El Porvenir, que empeoraron con el desbordamiento de la represa que surte a Aguas de Rionegro. Ese mismo día se presentaron emergencias en el barrio Las Playas, el centro comercial Córdoba y en la Zona Industrial por una creciente del río Negro.

Los desbordamientos, además de dejar grandes daños materiales, arrojaron alrededor de 3 mil damnificados, que fueron apoyados por el Departamento Administrativo del Sistema de Prevención, Atención y Recuperación de Desastres (Dapard).

El presidente Álvaro Uribe Vélez, durante una reunión con autoridades civiles y militares de Antioquia, el 12 de noviembre del año pasado, anunció una ayuda de 4 mil millones de pesos para la ejecución de obras que hicieran posible eliminar las crecidas que se registran siempre que hay invierno, en un amplio sector del municipio de Rionegro.

De ahí nació la propuesta Todos por el Río Negro Vivo, con una inversión de 6.300 millones de pesos, 4 mil millones del Gobierno Nacional, 1.150 millones de pesos del municipio de Rionegro, y 1.150 millones de pesos aportados por la Corporación Autónoma Regional Rionegro-Nare (Cornare).

En este proyecto están vinculados Cornare, Aguas de Rionegro, Río Aseo y la Universidad Católica de Oriente (UCO).

La iniciativa, aparte de realizar obras para recuperar el cauce natural del río Negro y el entorno de las quebradas que lo alimentan, también invierte en programas para generar una cultura ambiental, en los que se promueve la generación de actitudes y valores en los pobladores sobre este tema, que permanezcan en el tiempo, por generaciones y de manera sostenible.

Esta última meta, más pedagógica, está a cargo de la Universidad Católica de Oriente, en convenio con Cornare. Estas entidades crearon un plan llamado Educación ambiental para la recuperación y sostenibilidad del río Negro con las comunidades en riesgo y/o afectadas por inundación.

En este proceso están participando 10 comunidades, 6 juntas de acción comunal y 4 grupos organizados; y 10 instituciones educativas. En total se cuenta con 400 participantes.

Con las juntas de acción comunal Santa Ana, Las Playas, Juan Antonio Murillo, Santa Teresa, Tablacito y Yarumal; y los grupos organizados de la Policía, el Batallón, los pensionados y líderes, se educa en los beneficios y la importancia del río y además se enseñan técnicas de prevención de riesgo.

Para esto se cuenta con la colaboración de un practicante de la carrera de Ingeniería Ambiental, que se encarga de dictar las charlas formativas, con la asesoría de especialistas de Cornare, la Alcaldía de Rionegro y docentes del programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad Católica de Oriente.

En los planteles, la intención es sensibilizar a los jóvenes de manera lúdica, por eso, los grupos de estudiantes crean vallas publicitarias para fomentar la cultura ambiental. Las mejores ubicarán en la rivera del río.

Los resultados son satisfactorios y se han cumplido los objetivos con los pobladores que se comprometieron y asistieron a los diferentes procesos, como quedó demostrado con la nutrida participación en la marcha por el río Negro, del pasado 23 de septiembre.

Queda pendiente, para noviembre, el encuentro final de los Amigos por el río Negro, en el que se firmará un pacto de protección, se dará un reconocimiento a las vallas ganadoras y se otorgará un certificado a todos los participantes.

El proceso producirá sus máximos frutos cuando se vea esta fuente de agua protegida y sin producir tragedias como la de ese sábado lluvioso, aquel 8 de noviembre del 2008.

Etiquetas: Inundaciones, damnificados, recuperación cauce, cultura ambiental, campaña pedagógica, prevención riesgo

PROFESOR Y AMIGO





Por: Alejandra Rios Bedoya
Comunicación Social, Nivel IV


Un profesor que se ha dedicado a los jóvenes, ganándose muchos hijos, “hijos de la vida”


PROFESOR Y AMIGO
John Jairo Serna, uno de los profesores más queridos de la Universidad, por ser no sólo el profesor, sino el amigo de los alumnos.



Se puede ir caminando por algún rumbo, seguro y confiado de lo que se quiere, con unos objetivos muy bien marcados; pero de repente puede aparecer algo o alguien, que le da un vuelco a la vida, y giran los planes, gira el futuro, giran los sueños que hasta ese momento se tenían. Algo así le pasa a John Jairo Serna profesor de la Universidad Católica de Oriente, quien en su juventud era estudiante del Instituto Técnico Industrial Santiago De Arma de la ciudad de Rionegro, con un proyecto de vida y un futuro en el campo de las ingenierías, con unos gustos y una forma de ser muy diferente a lo que resulto siendo: un humanista empedernido.

Pero así es la vida, un día aparece una muchacha que le voltea el rumbo a nuestro protagonista, una muchacha que le encantaba, y el jovencito por verla, comienza asistir a los lugares que ella frecuentara. Así John Jairo resulta en la iglesia, allí podía ver a dicha mujer. De esta manera “ese muchacho machista, matemático y patriarcal” como el mismo dice, empieza a asistir a la iglesia, a colaborar con los padres y a rezar; nuestro profesor comienza a trabajar comunitariamente, a conocer cosas profundamente cristianas, y de una manera bien particular nace este gusto por las humanidades, que le lleva a estudiar Ciencias Sociales, pero no solo eso, posteriormente hace una maestría en esta misma ciencia y luego un doctorado en Ciencias filosóficas. Mejor dicho si no hubiera sido por esta experiencia que se le atraviesa en la vida al John Jairo, tal vez no contaríamos con la presencia de semejante profesor en la UCO.

John Jairo, se desempeña como profesor, en el área de humanidades, inscrito a la Facultad de Ciencias Sociales, lleva nada más y nada menos que 20 años trabajando en la Universidad, tiempo en el que se ha ganado el cariño de muchos jóvenes que han pasado alguna vez por este camino, porque nuestro protagonista a parte de ser el profesor se ha convertido el amigo, y en el papá de muchos.


¿EN QUÉ RADICA EL ÉXITO DE EL DOCTOR JHON JAIRO SERNA?

“Realmente no ha sido sencillo, se necesita sacrificar muchas cosas, madrugar, trasnochar y hasta comprometer los fines de semana, para lograr lo que se quiere” dice él. Y de verdad llegar hasta donde esta ahora, ha implicado un trabajo arduo, sudor, atravesar muchas cosas, ha implicado alegrías y también muchas lagrimas; pero son todas estas cosas las que le han dado la sabiduría y la experiencia para ser uno de los docentes mas queridos de toda la Universidad y un líder regional, social y político del Oriente Antioqueño.

“Llegar hasta aquí, no ha sido nada fácil, pero cuándo se encuentra la razón para luchar, se encuentran los medios a toda costa, ya que hay una pasión, hay un sueño, que nos mueve a seguir exponiéndonos y enfrentándonos a las dificultades, para lograr lo que se quiere, y a pesar de la crisis, hay algo que le da sentido a quedarse y seguir con la lucha.


EL PAPÁ JOHN JAIRO

Al preguntarle a los estudiantes que piensan del profesor, todos coinciden en lo mismo: “El no es sólo un docente, también es el amigo, es el que nos escucha, el que nos entiende, ha sido una ayuda y un papá para muchos”

Y si, el humanista inspira en los estudiantes la figura del padre, del amigo, en el que los muchachos buscan un refugio, una ayuda, y siempre la encuentran, porque él esta dispuesto y con los brazos abiertos a sus muchachos, a sus “hijos de la vida” como él los llama.

Un aspecto que no se puede dejar sin resaltar de nuestro protagonista es la forma en que ha hecho de los momentos difíciles de su vida, grandes fortalezas para seguir luchando, y de seguro todos esos obstáculos que se le han presentado en la vida le han dado mas valor, pero todos esos problemas o inconvenientes, han sido más fáciles de sobrellevar, por la presencia de su gran tesoro: La familia. Porque aparte de tener muchos hijos en la universidad, que lo ven como un papá, tiene tres hijos, que constituyen el sentido y la esencia de lo que hace. Nuestro profesor nos cuenta la forma como sus dos hijos mayores y su pequeña de dos años, han constituido la base de su estabilidad y felicidad en la vida, a quienes a pesar del poco tiempo que le queda, debido a sus múltiples ocupaciones, a tratado siempre de estar con ellos, de brindarles tiempo, pero tiempo de calidad, de aprovéchalos al máximo. Por esto cada espacio libre que le queda es para ellos, y su gran hobbie es compartir con su familia, jugar con su pequeña, ver los programas favoritos junto a ellos.

Este es John Jairo Serna, un soñador, un hombre dedicado a su familia, a su trabajo, y a sus alumnos, quienes ven en él la figura de un padre. Quien a dedicado veinte años de su vida al crecimiento de la universidad y al desarrollo del Oriente Antioqueño y del cual esperamos muchos años más, compartiendo con nosotros, acompañándonos en esta etapa del camino tan importante en la vida. A nuestro profesor y amigo, muchas gracias.


LO QUE PIENSAN SUS HIJOS DE LA VIDA

JORGE ANDRES JIMENEZ RODAS: Estudiante de quinto semestre de Psicología.
"Es una persona muy estudiada, tiene una cantidad de títulos, y lo importante es que lo que sabe, lo transmite y lo comparte a los demás. Es un hombre muy sencillo, noble, gracioso, a todos nos hace reír, por esto se convierte en un amigo".

OSCAR FERNANDO TAMAYO: Estudiante de octavo semestre de Derecho.
"Es un docente demasiado idóneo, ya que tiene su doctorado, por eso le aporta mucho a la Universidad, pero además es una guía tanto catedraticamente como humanamente, porque el te escucha cuando necesitas hablar con él, porque siempre esta pensando en los demás".
JAIRO ARANGO: Estudiante de décimo semestre de Ingeniería Industrial.
"Es un excelente profesor, pero con algo muy importante, con fundamentos éticos, y todo eso lo transmite, porque él no busca sólo enseñarnos teoría y conocimientos, sino que busca que crezcamos como personas y en nuestra forma de actuar".

CRISTIAN MORENO: Estudiante de noveno semestre de Derecho.
"Es un profesor excelente, es un critico de la realidad vivida en la sociedad, tiene unos argumentos y una metodología muy buena, porque nos convence, hace que nos conscientísimos de la realidad. Para mi concepto es uno de los buenos profesores que tiene la Universidad y además es un amigo, todo lo que sabe lo refleja en su forma de ser y de actuar".

El programa de Comunicación Social de la Universidad Católica de Oriente realizará los días 29 y 30 de octubre de 2009 el Tercer Seminario Regional de Periodismo Juvenil: Oportunidades y alternativas en la era digital. El evento está dirigido a estudiantes de los grados 10 y 11 que realizan actividades de periodismo estudiantil o ven en la comunicación su campo de realización personal y profesional.

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